El suelo tembló bajo sus pies y,
en apenas unos segundos, él quedó sepultado. Envuelto en una oscuridad
infinita, pero empujado por su instinto de supervivencia, logró salir de entre
los escombros y empezó a caminar por lo que parecía un improvisado túnel con
una luz al fondo. Estaba tan ansioso por escapar de allí que avanzó con gran
premura durante unos instantes, hasta que un pensamiento le detuvo, helando su
sangre: estaba yendo hacia la luz, como aquellos que van a morir. Presa del
pánico, y queriendo huir de su trágico destino, decidió deshacer el camino,
alejándose definitivamente de su única salida al exterior.